sábado, 12 de enero de 2013

Un sueño escatológico

El sueño me da ganas de dormir, así que me cortaré una mano e iré a visitar a mis tíos, que viven en una linda casita en el campo, rodeadas de vastas praderas, campos de cultivo y montañas rocosas. Podré descansar, dar paseos por la naturaleza y darme baños de aire limpio. Hay también un lago por la zona y ahora que empieza el buen tiempo podré darme refrescantes baños.

Esta tarde en el cine tenía un hambre tremenda, me he comido todas mis palomitas (un individual bote gigante). La película trataba de unos espectadores que iban al cine a ver un coche atropellando bolígrafos. He necesitado una lata de refresco para que el perro que vive en mi duoden no muriera por embotamiento cerebral.

Al salir me he dirigido a la tienda de ropa de mi amiga de la infancia. He comprado unos bonitos pendientes para poder perderlos en algún cajón, que los pueda encontrar mi novia y discutamos sobre la procedencia de los mismos. Así perderemos el aburrimiento de la rutina en la que se ha convertido nuestras vidas y podremos celebrar nuestra reconciliación con el magnífico sexo que solíamos tener antes de que comenzáramos a distanciarnos a causa de las máquinas hidráulicas, que nadie sabe lo que son, pero solo de oir hablar de ellas ya entran ganas de acudir rápidamente a algún lugar en que se pueda defecar.

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